No obstante, el hecho que se haya producido la absolución de algunos de los imputados, especialmente de Rabei Osman, conocido como "Mohamed El Egipcio", sirve, no guste o no tal decisión, para fortalecer la sentencia y al Estado de Derecho, aunque algunos lo utilicen como el gran titular de la sentencia con el único objetivo de seguir alimentando sus oníricas conspiraciones.
En un Estado de Derecho, la justicia se imparte sobre los hechos que puedan ser probados y no por los sentimientos que esos hechos puedan producir, por mucho que esos sentimientos estén a flor de piel en la ciudadanía. Si no hay pruebas concluyentes para decir quien o quienes fueron los autores intelectuales de la matanza, la ley sólo puede actuar de la manera que lo ha hecho. Este hecho desde mi punto de vista aporta mayor valor a la sentencia. Representa un escrupuloso respeto al Estado de Derecho que, por un lado, no puede condenar a uno de los supuestos autores intelectuales por falta de pruebas claras, pero por otro lado deja meridianamente claro y probado la responsabilidad de los autores materiales de los atentados, incluidos los suicidas de la localidad madrileña de Leganés, desvincula, sin genero de dudas y para disgusto de algunos, a la banda terrorista ETA de cualquier relación con la matanza y desmonta una por una todas y cada una de las confabulaciones generadas a los largo de estos años por ciertos sectores mediáticos y políticos.
Las responsabilidades jurídicas de los terroristas ya han sido depuradas. La verdad judicial ha quedado establecida. En mi opinión ahora falta depurar otro tipo de responsabilidades. Las de aquellos que a través de una pluma, un micrófono o un escaño de diputado han contribuido durante todos este tiempo a crear un ambiente irrespirable en este país, diciendo toda sarta de barbaridades y gravísimas acusaciones y poniendo en tela de juicio una y otra vez lo que hoy ha quedado judicialmente, y repito judicialmente, probado y sentenciado.
English version
Translated by Víctor
It’s understandable that the families of the victims of 11-M have mixed emotions upon hearing the sentences handed down by the tribunal and that their satisfaction is bitter sweet. My sympathy, and I believe that of the majority of the Spanish public, is with all of them.
Nevertheless, the fact that some of those implicated were absolved of the charges, especially Rabei Osman, also Known as ¨Mohamed El Egipcio¨, serves, whether you like the decision or not, to strengthen the sentencing and the Rule of Law, although some would use it as a headline with the only objective of furthering their invented conspiracy theories.
Under Rule of Law, justice is based on probative facts and not the resultant emotions that these facts may produce, however high those emotions may be running within the populace. If conclusive proof as to who or whom were the intellectual authors of the massacre, the law can only act in the way that it has. This fact, from my point of view, gives even more weight to the sentence. It reflects a scrupulous respect for the Rule of Law, that, on one hand cannot condemn one of the supposed leaders for lack of evidence, but on the other hand it makes abundantly clear and demonstrable who were the principal actors involved, including those who committed suicide rather than be captured in Leganés, a suburb of Madrid, and furthermore removes, without a shadow of a doubt and to the chagrin of some, the involvement of the terrorist group ETA in the massacre and once and for all dismantles the rampant speculations of certain political and media figures over the last three years.
The terrorists have now been sentenced to pay for their crimes. The legal truth has been established. In my opinion, it is now left to assign a different type of culpability, that of those who, whether using a pen, a microphone, or a congressional vote have during all this time, created a suffocating political atmosphere in this country, propagating grave accusations and insults and denying, again and again, what has today been legally established, and I emphasize, legally proved and pronounced in a court of law.
No hay comentarios:
Publicar un comentario