"Frente a los mercados, más derechos, más democracia: III República."Este 14 de abril se conmemoran 81 años de la proclamación de la II República española, la experiencia más genuinamente democrática de nuestra historia.
En el espacio de apenas cinco años y pese a la sistemática resistencia del poder económico, militar y eclesiástico, la "república de trabajadores de toda clase" inició la reforma agraria, instauró el estado laico, generalizó la jornada laboral de 8 horas, reguló el derecho de huelga, potenció los convenios colectivos, impulsó la educación, la ciencia, el arte y la cultura, reconoció el derecho de voto a la mujer, legalizó el divorcio y aplicó una política exterior de defensa de la paz y la democracia.
Por su orientación y realizaciones, la II República significó para amplios sectores sociales más derechos y más democracia.
Sin embargo, ese proyecto de país apenas esbozado fue truncado por el golpe militar-fascista de 1936. Los cuarenta años de dictadura que le siguieron desmantelaron esa obra y blindaron en el poder a una coalición de militares, banqueros y miembros de la jerarquía eclesiástica.
Tras muchos años de dura lucha por la democracia y la libertad, la Transición reforma el viejo edificio donde se cobijaba esa coalición de poder. La amplia mayoría de la sociedad consiguió de nuevo, aunque con muchas limitaciones, derechos, libertades y democracia.
Más de treinta años después, la crisis económica es utilizada para acabar con conquistas duramente conseguidas haciendo a su vez que el marco político entre también en crisis.
El poder del mercado determina al poder político, desmantela los avances políticos y sociales y limita la democracia. El sistema político, con la ley electoral como punta de lanza, constriñe y falsea la participación y la voluntad popular. La reciente reforma constitucional consagra el sometimiento del bienestar social a los intereses de los especuladores y los banqueros.
Sin embargo, la contestación crece. La memoria, pese a quien pese, no se ha perdido. Sabemos que sólo a través de la lucha y la movilización podemos conseguir los derechos que nos están quitando. Sabemos que sólo juntándonos podremos darle la vuelta a esta situación. Porque somos más.
Frente a un modelo de país basado en la especulación y el ladrillo, sometido al poder económico, donde los principales partidos monárquicos compiten a la hora de satisfacer las necesidades de uno u otro sector económico, es necesario poner en pie un nuevo proyecto de país.
Un nuevo proyecto de país que ponga en el centro de su política y su economía la participación activa y el bienestar social de la mayoría, la democracia participativa y los derechos sociales.
Para esto, apostamos por abrir un proceso constituyente.
La apuesta por un proceso constituyente es una llamada a luchar por nuestro futuro, a recuperar la soberanía popular y dar poder a la mayoría social trabajadora como realización de la democracia.
Un proceso constituyente entendido como articulación de una amplia mayoría social movilizada en la lucha democrática por sus derechos.
Apelamos al poder constituyente, al conjunto del pueblo, el único que es capaz de definir y decidir el proyecto de país que queremos.
Un país con más derechos y más democracia, que hoy sólo puede significar una cosa: la III República.
...........................................................
...........................................................
English Version
Translated by Victor
...........................................................
...........................................................
Izquierda Unida: Manifesto in favour of the Third Republic
“In opposition to the capital markets, more rights, more democracy: The Third Republic.” This April 14th, we commemorate the 81st anniversary of the proclamation of the Spanish Second Republic, the most genuinely democratic experience of our history.
In only five years, and despite the systematic opposition from the economically powerful, the military and the Church, the ¨Republic of workers of all kinds” began agrarian reform, it instituted the secular state, it established the eight- hour work day, it regulated the right to strike, it promoted collective labour agreements, it promoted education, science, art and culture, it gave women the right to vote , It legalized divorce and it implemented a foreign policy based on the defense of Peace and Democracy
Due to its positions and achievements, the Second Republic meant, to many social sectors, more rights and democracy.
However, this barely outlined project was truncated by the military-fascist coup that took place in 1936. During the following forty years of dictatorship, everything achieved by the Republic was dismantled and power was secured by a coalition of military officials, bankers and members of the ecclesiastic hierarchy.
After many years of hard fighting to obtain democracy and freedom, the “Transición” reformed the “old structure” wherein this coalition of power resided. Most of society regained rights, freedoms and democracy, although with many limitations.
More than thirty years later, the economic crisis is being used as an excuse to put an end to hard-won achievements; also causing a political crisis.
The capital markets determine political power, dismantling political and social advances and limiting democracy. The political system, with the electoral law as a spearhead, restricts and distorts participation and popular will. The recent constitutional reform subjugates social well-being to the interests of speculators and banks.
However, opposition is growing. Memory, no matter what some people might think, is not lost. We know that only through struggle and mobilization can we take back the rights that are being taken away from us. We know that only by acting together can we change this situation. We are more/There are more of us.
In contrast to a national model based on speculation and the building industry, subjected to the economically powerful, where the main royalist political parties compete each other to satisfy the needs of any given economic sector, a new plan for the country is necessary.
A new plan for the country, whose political and economic goals are the active participation and the social well-being of the majority, participatory democracy and social rights.
To do so, we are in favour of initiating a constitutional process.
Our support for the constitutional process is a call to fight for our future, to recover the people´s sovereignty and to give power to the majority of the working class as the goal of democracy.
A constitutional process understood as an articulation of a large majority mobilized for the democratic struggle to defend their rights.
We appeal to the constituents, to the whole people, the only group that is able to define and decide the plan for the country we want.
A more democratic country with more rights, that today can only mean one thing: The Third Republic.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario